¿Qué es la extinción de condominio?

La extinción de condominio es una alternativa que cada vez más personas consideran al enfrentar situaciones de copropiedad en bienes inmuebles. Este proceso puede ser la clave para resolver conflictos entre copropietarios y liberar a cada parte de las limitaciones y compromisos compartidos.

A lo largo de esta entrada, exploraremos cómo la extinción de condominio puede influir en la gestión y disposición de una propiedad compartida, además de sus beneficios y posibles implicaciones.

En primer lugar, debemos explicar qué es un condominio, también denominado comunidad de propietarios o copropiedad: se trata de aquella situación en que dos o más personas, físicas o jurídicas, ostentan la titularidad compartida de un inmueble.

Cabe mencionar que dicha titularidad es pro indiviso, pero puede haber entre los condueños un acuerdo de uso específico y diferenciado.

Dicho procedimiento puede llevarse a cabo de mutuo acuerdo o, si alguna de las partes no quisiera extinguir el condominio, por vía judicial, pues, no puede obligarse a ninguna de las personas a permanecer en el condominio y, por ello, cualquiera de los interesados puede instar un procedimiento de división de la cosa común.

Así pues, la extinción de condominio es el proceso legal mediante el cual queda disuelta la propiedad común de un bien.

Hallamos la regulación legal sobre el condominio en los artículos 392 y siguientes del Código Civil.

La extinción de condominio viene regulada en los artículos 400 a 406 de nuestro Código Civil. En estos preceptos se nos indican las características de dicha extinción:

• No se puede obligar a ninguno de los condueños a permanecer en el condominio, cualquiera de ellos puede pedir que se divida el bien común en cualquier momento.
• Serán válidos los pactos de conservación del bien indiviso en un plazo máximo de 10 años, prorrogables.
• No podrá pedirse la división de la cosa común si ello convierte el bien en inservible para su uso.
• Podrán dividir la cosa común los mismos interesados, o por los árbitros o amigables componedores que hayan nombrado los participes. En el segundo caso deberá realizarse de forma proporcional al derecho de cada interesado.
• Si los participes tuvieren algún acreedor o cesionario podrán estos oponerse a la división o a la verificación de la misma sin su concurso; sin embargo, no podrán impugnarla si ya se consumó, salvo en caso de fraude.
• Cuando el bien no se pudiera dividir y los condueños no hayan conseguido acordar la adjudicación a uno de ellos con indemnización pertinente por parte del beneficiado al resto, se procederá a la venta del bien y al reparto equitativo del precio.

La extinción de condominio es una opción frecuentemente utilizada cuando los copropietarios buscan poner fin a una situación de copropiedad sobre un bien inmueble.

Este procedimiento no solo ofrece una solución definitiva para resolver la titularidad compartida, sino que también presenta ciertas ventajas que pueden hacerla más atractiva en términos fiscales y prácticos.

A continuación, exploramos las principales ventajas y desventajas de optar por la extinción de condominio en casos de desacuerdos entre copropietarios.

Comporta un ahorro significativo a la hora de tributar. Pues la tributación por una compraventa oscila entre el 6% y el 10% en función de la Comunidad Autónoma en cuestión, sin embargo, la extinción de condominio apenas tributa un 1%.

Una vez se firma ante notario, el interesado dejará de constar en el Registro de la Propiedad como titular del bien; pero, si pesa una hipoteca sobre dicho bien, la misma seguirá en pie a pesar de la extinción, por ello, cabría la posibilidad de que si el nuevo titular se desentiende de la deuda sea embargada la nómina del interesado para satisfacer la misma.